Mi boca sobre la tuya, y ya no prometo serenidad. ¿Para qué fingir? Sería absurdo esconder mis instintos. Sería imposible dominar mis impulsos. Porque tu nombre y tu presencia me doblegan. Más de lo que mi mente puede asimilar, te estoy pensando. Más de lo que mi cuerpo puede arder, te estoy deseando. Y más, mucho más de lo que mi corazón puede latir, te estoy amando.
No hay comentarios :
Publicar un comentario